El paro en España se sitúa en la tasa más alta de los últimos once años
El ministro Solbes, mientras palpitaba el parche que tapaba su ojo como si fuera Pikachu con un subidón de metilfenidato, ha explicado que, además de Yoko Ono, todo es culpa de las hipotecas basuras de Estados Unidos, del deshielo de los casquetes polares, de que no sabemos lo que vale un euro, de la cantada de Arconada, de que nuestro tejido laboral sea tan sano que todos los alemanes hayan venido a trabajar en masa aquí y de que, por eso del efecto llamada, a la ignorante gente de España que da propinas en los bares y come jamón serrano le gusta también hacer colas, da igual que sea para ver a Springsteen que para darse una vuelta por el INEM. El ministro Sebastián ha vuelto a añadir que todo se arregla comprando juguetes nacionales y bombillas del Alcampo. Zapatero se ha reunido de urgencia con unos monjes shaolin y, en rueda de prensa posterior, se ha limitado a sonreír.
Comentarios
¡Ostras pepín! ¡Qué grande ser pobre y precario!