Cerca de 200 parejas pagaron a la mafia rusa para poder adoptar un niño

Ya está claro. El otro día en Pompeya, el Papa Pepe no calló (y cayó) ante la mafia porque sí. Calló porque sabe que, en el fondo, son buena gente que cumple con una importante labor. Tal vez algo brutotes, pero siempre, como la propia iglesia, con un fin social.

Seguramente la mafia habrá entregado a los niños con el único fin de que tengan una familia y una oportunidad el día de mañana y habrán seleccionado a los padres tras mil interminables pruebas y ya sólo con el cariño que les darán las familias se han sentido plenamente recompensados.

Y de los padres de supermercado, ¿qué decir?. El cliente siempre tiene la razón.

Comentarios

Entradas populares