Piqué asegura que estaba tan concentrado que no se enteró de quién tiraba las bengalas

Bien, los diez minutos que estuvo parado el partido, en los que los seguidores ultras siguieron practicando el tiro al perico, Piqué estuvo pensando en si había apagado el gas, dejado comida al gato o puesto la lavadora de color. "¿Y el vídeo? ¿Lo puse a grabar, con la buena pinta que tenía la peli de La 2?. Mierda, ¿y donde habré dejado las llaves del Audi? Hay que ver lo que chilla esta gente de Montjuic, y mira lo bien que se lo pasan en la grada, juegan con luces de colores... Mira ahí salta uno de la grada al campo, qué cachondo... A todo esto, ¿no era hoy el cumpleaños del hijo de la Vicen? Mierda, no sé donde me ha puesto la chica la agenda. Ah, que ya empezamos otra vez, venga... Concentración... Concentración..." Luego volvió a este mundo y se puso a celebrar el gol de Henrypócrita saludando a sus amigos los Noisos. "Mira, si son los de las luces, qué majos...". Concentración no, es autismo, la enfermedad congénita del futbolista postadelescente millonario. Un poco de seriedad, algo de responsabilidad, no estaría de más en quienes pasan por ser referentes sociales e ídolos infantiles. Por encima del bien y del mal sólo debería estar mi madre y Mónica Belucci, por ese orden. (El del vídeo no es Richard Ashcroft, aunque se le parezca, es Piqué paseando por las Ramblas pensando en sus cosas, concentrado, concentrado, concentrado...).

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