El entrañable Fernando Alonso gana el Gran Premio nocturno de Singapur
El simpatiquísimo piloto asturiano vuelve a llevarse una carrera un año y pico después. Dentro de la pista sigue siendo el mejor; fuera es mejor perderle la pista. Subirse a lo alto del cajón con el ARRE-28, ese botijo con bielas, es increíble. Ayudó lo suyo el dúo sacapuntas de Ferrari. Massa, en su línea, quedó decimotercero tras cagarla en cada curva. Y si el brasileño estrelló el coche contra el muro de su incompetencia, Raikkonen, que siempre parece estar en otro sitio, lo estrelló a secas. Hamilton tiene el Mundial en sus manazas. Al final, Ferrari tendrá que fichar al adorable y majete Alonso. Como ETA e Ibarretxe, se necesitan.
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